Como pueblo del Alto pirineo aragonés, (1.033 m.) ha sido paso fronterizo durante siglos. Creó su propia cultura e historia debido a su desconexión, emplazamiento, con España, así como con Francia.
Durante el reinado de Juan II se debió de construir un torreón o castillo para defenderse de las primeras invasiones de los franceses. En el siglo XIV fue villa de realengo y sede de vicaría.
Hasta hace unos años en los que Torla se abrió al turismo, su medio de vida fue la ganadería, y el estraperlo o contrabando de los años 40-50. Gracias al "paquetero" muchas casas y familias del lugar pudieron mantenerse.
Hoy día Torla vive volcada al turismo, su mayor fuente de ingresos. Y con ilusión y alegría cada día dan la bienvenida a turistas y amigos en este marco natural inigualable.
Se celebran sus fiestas patronales el 12 de octubre en honor a la Virgen del Pilar.
Su tradicional danza del Rapatán, es exclusiva de la Villa de Torla. Sus personajes, Mayoral el mas mayor, Rapatán el mas joven, los danzantes y las mozas interpretan lo que podría ser una lección de pastoreo.
El paloteao y la jota son similares a los de los pueblos de la comarca.
En el mes de febrero destaca el carnaval, de gran valor antropológico, transmitido de generación en generación.