collarada


Por orden de edad, Antxon, Manuel, Pilar Tobías (muy por debajo) y Pablo Inurria (muy, muy por debajo).
Desde Casachaminera teniamos pendiente la ascensión a Collarada, 2886 metros que parecen más de 3.000. Transporte en todo terreno (consultar con el Ayuntamiento de Villanua que son quienes dan el servicio) hasta el refugio de La Espata, y desde allí comenzamos la subida por un camino bien marcado. Bastante vertical, luego se suaviza, después se suaviza algo más, hasta llegar a divisar el collado desde el que avistamos Collaradeta a la derecha y Collarada a la izquierda. Para los no muy avezados, como yo, parece que no hay por dónde tirar, pero finalmente, con unas vistas impresionantes del Ibon de Ip desde el collado, vamos subiendo buscando el camino más fácil hasta llegar a la cima. Cuatro horas, desde el Refugio de la Espata, bastante duritas. Una vez en la cima decidimos descender hacia el Refugio de la Trapa, para lo cual, poniendo cara a Villanua desde la cima, bajamos con cierta dificultad por una canal bastante definida, en realidad es la única posible en esa dirección, y después de un buen rato llegamos a un terreno más cómodo, aunque siempre de pedrera. Despues de un par de horas llegamos a los primeros árboles y terreno de pasto, donde descansamos y reponemos energías (importante llevar bastante agua, no hay fuentes en el camino hasta llegar al refugio de la Trapa, y eso son como 6 horas y media desde que comenzamos la jornada) y luego seguimos por el camino viejo, entre bosque, hasta llegar a la pista después de algo más de una hora., donde nos esperaba nuestra supereficiente amiga Begoña de Astún para ahorrarnos otra media horita de camino hasta la barrera en la que se limita el paso. Nos encontramos con muy poca gente, no es de extrañar, no es un lugar para ir a dar un paseíto, empleamos casi nueve horas. Algunos nos dicen que no volverán, aunque siempre se dice y luego es mentira, porque las vistas desde la cima han sido estupendas. Creo que es mejor este recorrido que el contrario, empezar la ascensión desde La Trapa debe ser aplastante, viendo desde el principio la ladera que hay que ascender, y al final, la mole a la que parece que nunca se llega. Un verdadero placer las cervezas que nos tomamos en el pajar de Troncho , en Villanúa, al llegar, y la cena con los amigos comentando los sufrimientos y placeres (que también los hay, por supuesto) del día.
Otra posible salida desde Casa Chaminera Alojamiento Rural cerca de Jaca, donde reposamos merecidamente al final de la jornada.